Después de un café en el Starbucks que está justo debajo del hotel ponemos rumbo al santuario Meiji sobre las 9:30.
El parque que rodea el santuario es enorme, casi se puede llamar bosque de la cantidad de árboles gigantes que hay, pero no hay problema en llegar al santuario porque el camino está indicado y con el google maps no tiene pérdida. Llegamos al santuario y efectivamente allí estaban celebrando un montón de bodas sintoístas. En un momento se cruzaron 3 bodas al mismo tiempo, ya no sabíamos ni para que lado hacer las fotos! Después de haber visto un montón de santuarios, como templo éste no tiene mucho de especial, pero el poder presenciar bodas sintoístas es un puntazo así que no te puedes perder visitarlo, y mejor si coincide en Domingo ya que debe ser cuando más bodas se celebran.
Desde el santuario bajamos caminando por el parque dirección a Harajuku. En el famoso puente Jingu bashi ya no queda ni un solo Rockabilly ni Cosplay ni nada por el estilo. Primero recorrimos la calle Takeshita y comimos unas patatas en el famoso calbee +. A La calle Takeshita cada vez le queda menos de kawaii, casi todo son tiendas normales, tiendas de 100 yenes, y muchos muchos puestos de crepes. Tampoco vimos a nadie vestido de manera extravagante así que fue un poco decepción.
Cruzamos hacia la Avenida Omotesando, la milla de oro de Tokyo, y entramos en la famosa tienda Kiddy Land. Si te gusta el mundo Disney te resultará interesante ver la gran cantidad de peluches y accesorios que tienen de todos los personajes que puedas imaginar, pero si vas buscando algo más especial que se salga fuera de lo común seguramente te decepcione. Hoy en día para comprar un peluche de Hello Kitty no hace falta viajar a Japón…
Una de las calles perpendiculares a Omotesando es Cat Street con unas cuantas tiendas algo más cool pero con pinta de muy caras, así que echamos un vistazo rápido y volvimos a la arteria principal. Muy cerca de allí está la tienda de Oriental Bazaar. Nos gustó mucho esta tienda, en la planta sótano puedes comprar recuerdos típicos de Japón, y en la planta alta tienen ropa y objetos de decoración de segunda mano muy bien cuidados. Aquí compramos una muñeca antigua, un Haori (una chaqueta de kimono) de seda de segunda mano, y algún recuerdito en la planta baja. En total gastamos unos 10.000¥ (unos 80€) y en esta tienda te descuentan los impuestos así que te ahorras un poquito.
Desde aquí fuimos a Tonkatsu Maisen Aoyama Honten a comer un tonkatsu. El sitio tenía muy buena pinta, buena nota en tripadvisor y había bastante cola aunque avanzaba relativamente rápido (llegamos a las 13:30 y en 20 minutos ya estábamos sentados). Había un montón de tipos y zonas diferentes de cerdo así que nos dejamos aconsejar y pedimos dos sets, uno de “Kurobuta” (3.100¥, unos 25€) y otro de “Amai-Yuwaku Special” (3.200¥). Quizá íbamos con las expectativas demasiado altas pero a nosotros nos decepcionó un poco. El sabor era muy bueno pero estaba suuuper grasiento.
Con el estomago lleno ponemos rumbo a nuestro siguiente destino: La bahía de Odaiba. Para no tener que volver andando hasta la estación de Harajuku decidimos coger un metro aunque no nos entraba con el JR Pass, y después cruzar a odaiba con la línea Yurikamome (tampoco incluida en el JR Pass). El tren de la línea Yurikamome, sin conductor, es una pasada. Lo mejor es intentar colocarse en la parte delantera, y aprovechar a ir de día para poder ver todos los edificios por donde cruza el tren y volver de noche para verlos iluminados.
A las 15:30 ya estábamos en Odaiba. Primero fuimos al Venus Fort, y allí nos tomamos un frapuchino mientras decidíamos qué sitios visitar. Cuando salíamos del centro comercial nos encontramos con un pequeño concierto de un grupo idol japonés, Candy go go. Nos gustó mucho verlo, y sobre todo nos llamó la atención ver a los fans (chicos de unos 30 años que nos sacaban una cabeza) bailando todos al unísono los mismos pasos que hacían las chicas en el escenario. Muy curioso y súper auténtico.
Teníamos apuntado que por esa zona se reúnen los domingos grupos de cosplay, pero no vimos ni uno…
Desde allí fuimos al edificio de Fuji TV. Había un evento especial así que tenían un montón de atracciones para los niños y una entrada de día completo de 1.500¥. En letra pequeñita tenían el precio de subir solo al mirador, 750¥, así que como no íbamos a disfrutar del resto de atracciones subimos solo al mirador. Las vistas desde el mirador son una pasada, súper recomendable subir.
Nos acercamos a la estatua de la libertad y estuvimos allí sentados en unos bancos con unas preciosas vistas de la bahía esperando al atardecer. Eran aproximadamente las 18:30. Al lado de la estatua está el centro comercial AQUA CiTY ODAIBA, con alguna que otra tienda de marcas de ropa, pero principalmente con restaurantes. Y justo enfrente de la playa se encuentra el centro comercial DECKS Tokyo Beach, con 4 plantas (comenzando en la planta 3 hasta la 6) que se divide en 2 zonas: seaside e insland mall (Floor Guide). En el seaside entramos en la planta 3, donde hay algo de ropa, zapatillas de deporte y ese tipo de cosas. Nada que nos llamase demasiado la atención. Continuando por la escalera llegamos a nuestra planta favorita, la 4. Hay una zona de máquinas recreativas antiguas en las que puedes jugar a juegos míticos como por ejemplo street fighter o resident evil.
Continuando por el pasillo hay varias tiendas en plan quioscos, tiendas de juguetes, galletas, una tienda de típicos recuerdos japoneses, incluso una casa del terror, todo ello en un pasillo con una ambientación retro muy chula. Continuando hasta el fondo está el museo del Takoyaki, que de museo no tiene nada, son simplemente varias tiendas en las que puedes comprar diferentes tipos de takoyaki con una zona de mesas en el centro. En las siguientes plantas, 5 y 6, son todo restaurantes con vistas a la bahía.
En el island mall la planta 3 es como la planta baja típica del Corte Inglés: artículos de belleza, bolsos, maletas, y al fondo alguna figurilla de juguete pero no gran cosa. La planta 4 es una tienda daisho de 100 yenes y al lado una zona de ropa para niños. En la 5ª planta tenían montados algunos juegos para niños tipo hinchables y piscinas de bolas, y una zona de ropa de deportes de aventura. Y por último en la 6ª planta hay una tienda de lego del legoland (a la que puedes entrar aunque no compres la entrada de legoland), la entrada al museo de cera, y subiendo unas escaleras unos cines. Este centro comercial nos decepciónó bastante…
Como ya había anochecido salimos de nuevo a la zona de la playa a ver la magnífica estampa de las luces de Tokyo. Impresionante. Merece muchísimo la pena ir a Odaiba aunque solo sea por esas vistas. En el centro comercial DECKS Tokyo Beach se puede subir a la última planta para disfrutar de las vistas, que aunque es zona de restaurantes tienen una pequeña terraza abierta al público.
A las 21:00 cierran las tiendas, así que subimos de nuevo al museo del takoyaki a comer un par de ellos, por cierto, bastante peores que los que ya habíamos comido, aunque puede ser culpa de la hora, ya que no estaban recién hechos…
Sobre las 21:40 ya estábamos en el tren rumbo al hotel. El viaje por la noche en el Yurikamome también impresiona porque se ven todas las luces de los edificios, eso sí, hacen reflejo las luces del interior del tren así que tienes que hacer parasol con las manos y la cara pegada al cristal para poder ver algo…
Nuestras puntuaciones:
Santuario Meiji | |
Parque Yoyogi | |
Calle Takeshita | |
Calle Omotesando | |
Cat Street | |
Odaiba |
Aquí os dejamos el mapa con todos los sitios que nosotros visitamos en Tokio y algún otro que llevábamos anotado pero que al final no vimos
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